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viernes, 16 de noviembre de 2012

SÍ A PAGAR LOS IMPUESTOS EN DÓLARES - DESENCAMINADO EDITORIAL DEL EL COMERCIO

Les copio debajo el editorial de El Comercio (último sábado). Se pronuncia en contra de que los exportadores no tradicionales puedan pagar sus impuestos con dólares (u otra  moneda que ellos reciben al exportar) con el argumento de que si se les permitiera trasladarían el riesgo cambiario dólar – sol al Estado. Es decir, están a favor de que el exportador tenga que cambiar sus dólares a soles y con estos pague sus impuestos. ¿Y a quien venden los dólares por soles? Pues a los operadores del mercado de cambios queson predominantemente los bancos.
El caso es que el BCR, en los últimos años, ha sido comprador neto de dólares, a una tasa de unos 12 mil millones anuales. La hace para prevenir una apreciación más rápida del sol y esterilizar parte de  la bonanza del boom de los minerales. ¿Y a quien compra el BCR los dólares?  Pues mayormente a los bancos.
Si la SUNAT permitiera a los exportadores no tradicionales pagar los impuestos con moneda extranjera – que serian unos 3 mil millones de dólares anuales - el  Tesoro Público los vendería por soles al BCR , con lo que el ente emisor solo tendría que salir al mercado a comprar ya no 12 mil , sino solo 9 mil millones de dólares. Y así contentos exportadores, Tesoro y BCR.
Pregunto: ¿Por qué forzar a los exportadores a vender los dólares-para- impuestos a los bancos para que éstos acaben vendiendo esos mismos dólares al  BCR? ¿Por qué crear una estación de más si se puede llegar al mismo destino con un recorrido más corto?
Sobre todo porque esa nueva estación les cuesta a los exportadores un peaje de no menos que 1% en comisiones (el tipo de cambio a la compra de ME es menor al promedio) . Sobre 3 mil millones,  el 1%  son 30 millones de dólares anuales.
¿A cuento de que tienen que darle 30 millones de dólares los exportadores a los bancos , si la misma transacción se puede hacer gratis?
El argumento del editorial de El Comercio está mal  dirigido y mal planteado. Lo que en realidad debería de plantear es la conveniencia o inconveniencia de que el BCR  acumule reservas  mediante la compra de dólares. Si se decide que  los” beneficios” macroeconómicos de acumular  reservas exceden  el “costo” en traslación del riesgo cambiario, de que habla El Comercio , entonces ¿Por qué no permitir a los exportadores que suministren directamente una parte de dichas reservas vía pago de impuestos ? ¿Por qué forzar a los exportadores a pagar un peaje a los bancos de 30 millones de dólares anuales, para que sean los bancos los que vendan al BCR las divisas que generaron los exportadores? No tiene sentido hacerlo.
Las comisiones compra–venta de divisas proceden cuando los bancos intermedian entre vendedores privados de divisas (exportadores y otros ) y compradores de éstas ( importadores y otros ). No en el caso planteado aquí .
Volviendo a la argumentación de El Comercio. Sin duda el que el BCR acumule reservas traslada riesgo cambiario que quien vende divisa hacia el Estado (personificado aquí por el BCR) . Pero no hacerlo desataría una apreciación brutal del tipo de cambio que quebraría a gran parte del sector exportador no tradicional. El tema  de fondo es que el fenomenal  crecimiento de las exportaciones del  sector minero lleva a un dólar muy barato .El BCR acumula reservas para ahorrar una parte de esa renta minera “no renovable” y, al hacerlo, impede un colapso del dólar . Es decir la hacer para limitar los efectos de la llamada “enfermedad holandesa”
Es ciento que el riesgo cambiario trasladado al BCR  se traduce en una pérdida cambiaria  con la apreciación del sol. Pero en el caso del Peru  dicha pérdida se absorbe con creces mediante el rendimiento de las reservas internacionales y el señoreaje por emisión de soles.
Cita el Editorial un artículo del economista Iván Rivera, por quien tengo el mayor respeto y afecto, y con cuyos planteamiento estoy normalmente en acuerdo. No así en esta ocasión.
Me parece un error que la SUNAT no permita pagar a los exportadores no tradicionales sus impuestos  en moneda extranjera. Con ello les está orillando, a un muy valuleado sector, a pagar una sobretasa indebida y espuria , de no menos de 30 millones de dólares, a los bancos. ¿No se les permite a los constructores pagar impuestos con obra pública con menos argumentos ? Entonces.

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Editorial de El Comercio ( sábado 3 de noviembre , 2012 )
¿Exportando riesgos?
Pagar impuestos en dólares permitiría que algunos empresarios trasladen el riesgo de su negocio al Estado
Hace unos días, la bancada de Concertación Parlamentaria presentó un proyecto de ley, de autoría de la congresista Luciana León, que busca que las empresas que exportan productos no tradicionales puedan pagar con dólares sus impuestos a la Sunat. Esta opción de pago, que fue eliminada de nuestra legislación en el 2003, beneficiaría según los autores de la iniciativa a 10.158 negocios que se estima pagarían impuestos por alrededor de US$3 mil millones.
La razón por la que se planteó esta propuesta es que en los últimos 12 meses la cotización del dólar ha bajado en 5,7% y, de mantenerse este escenario, al momento de tener que cancelar sus impuestos dichos empresarios sufrirán una pérdida, ya que necesitarán más dólares para comprar soles con la finalidad de pagar a la Sunat. Así, si se aprobara este proyecto que permite cancelar tributos con la moneda estadounidense, se protegería a los exportadores del riesgo de la caída del tipo de cambio.
A primera vista, esta podría parecer una buena idea. Después de todo, reduciría un importante riesgo que enfrentan los exportadores y volvería más seguros sus negocios. El problema, sin embargo, es el que señaló nuestro columnista Iván Alonso en su artículo del jueves pasado: con esta medida el riesgo no desaparece, sino que simplemente se traslada al Estado (es decir, al resto de peruanos). Y es que si el gobierno acepta los pagos en dólares, llenará sus arcas con una moneda que viene perdiendo valor y será él quien tendrá que asumir la pérdida correspondiente en el momento en el que cambie los dólares a soles para cumplir sus propias obligaciones. Como dijimos en un editorial anterior, esto es como no darse cuenta de que para tapar un hueco siempre hay que traer tierra de otro lugar y eso, finalmente, solo implica mover el hueco de sitio.
Por eso, la pregunta no es si el riesgo se eliminará sino, más bien, ¿quién debería asumir el riesgo que supone el tipo de cambio, los exportadores o el Estado? Como señaló Alonso, lo natural sería que lo asuman los empresarios. A fin de cuentas, si ellos se llevan todas las ganancias cuando el tipo de cambio los favorece y aumenta sus utilidades, ¿por qué tendríamos el resto de peruanos que asumir las pérdidas cuando el tipo de cambio los perjudica? Las leyes que pretenden que las ganancias de un negocio sean privadas y las pérdidas socializadas son, después de todo, tan injustas como las que plantean lo contrario.
Pero no se trata solo de un tema de justicia. Además, si este riesgo es asumido por los empresarios, se vuelve más fácil reducirlo. En primer lugar, porque quien puede tomar más medidas para controlar un riesgo es quien realiza la actividad riesgosa. Imaginemos, por ejemplo, alguien que maneja una motocicleta. Al ser él quien tiene mayor control sobre la actividad, es también quien se encuentra en la mejor situación para tomar precauciones, como quizás no ir muy rápido, verificar los frenos, usar casco o respetar los semáforos. Algo parecido ocurre con los inversionistas. Ellos pueden controlar el riesgo del tipo de cambio mejor que el gobierno, pues pueden escoger plazas de venta donde les paguen con monedas más fuertes, diversificar sus inversiones en otros negocios más seguros a los que no afecte el tipo de cambio, contratar utilizando herramientas como derivados cambiarios, entre otras opciones que pueden lograr reducir el mencionado riesgo. Y no nos olvidemos, por supuesto, que ellos tienen mejores incentivos que los burócratas para minimizar riesgos, pues los primeros, a diferencia de los segundos, tienen en juego su propio dinero y no dinero ajeno.
Afortunadamente, el ministro de Economía es bastante consciente de esta situación, pues la semana pasada se pronunció en contra de la propuesta precisando que no considera que sea una buena política de uso de los fondos públicos. Ojalá y el señor Castilla pueda contagiar su sensatez al Congreso. De lo contrario, los exportadores podrían terminar exportando injustamente las pérdidas de sus negocios al resto de peruanos.
Fuente:Semana Económica (Blog)

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