Cultura: Ganar-Ganar
LIMA A este despertar de la industria gastronómica como ícono del orgullo nacional, o a la posibilidad que hoy por fin tenemos de poder asistir a los conciertos de las megaestrellas que antes sólo veíamos por televisión, hoy se suma la iniciativa de promover el mecenazgo cultural.
La iniciativa de Luciana León de recortar la carga tributaria para los conciertos nos permite contar hoy con estadios llenos. En esa misma lógica, su propuesta del mecenazgo cultural representa todo un win-win para los involucrados: empresa privada, promotores culturales y ciudadanos.
Sin embargo, algunas voces, como la del "mataperro" Miró Ruiz y el MEF, ya se alzaron en contra del proyecto.
La Ley de Mecenazgo abre la posibilidad de fomentar la participación de las empresas en el financiamiento de proyectos culturales a través de un beneficio tributario: la deducción como gasto de lo aportado a la cultura. El gobierno, sin duda, deberá ir complementando cualquier medida con políticas de largo plazo y con presupuestos mayores al INC y demás órganos públicos encargados de fomentar la cultura.
Se trata de un mecanismo ingenioso que ha dado resultados a muy corto plazo en otros países para lograr que el Estado y el sector privado confluyan en la promoción cultural. A través de los beneficios tributarios, el Estado renuncia a parte de sus ingresos por concepto de Impuesto a la Renta a cambio de que los particulares inviertan mayores recursos en proyectos culturales.
Gana el ciudadano de a pie (que se llenaría de euforia si tuviese la posibilidad de asistir a una exposición de Van Gogh, por citar un ejemplo), gana la empresa privada (que puede deducir el monto de su inversión como gasto) y gana también el Estado, que podrá recaudar vía impuestos indirectos, y por la mayor afluencia de turismo, incremento del comercio (transportes, infraestructura, seguros, etc.) y todas las demás externalidades positivas.
Entonces, ¿por qué ponerle zancadillas a este proyecto? Los parlamentarios deberían enriquecer esta iniciativa antes que bloquearla. Se trata de un enfoque novedoso y moderno de convertir al Estado y a las empresas en socios estratégicos.
No le pongamos más obstáculos a la aprobación de la norma. Y apostemos por la cultura. Que en buena cuenta es apostar por el alma de la gente. Nuevamente, felicitaciones, Luciana
La iniciativa de Luciana León de recortar la carga tributaria para los conciertos nos permite contar hoy con estadios llenos. En esa misma lógica, su propuesta del mecenazgo cultural representa todo un win-win para los involucrados: empresa privada, promotores culturales y ciudadanos.
Sin embargo, algunas voces, como la del "mataperro" Miró Ruiz y el MEF, ya se alzaron en contra del proyecto.
La Ley de Mecenazgo abre la posibilidad de fomentar la participación de las empresas en el financiamiento de proyectos culturales a través de un beneficio tributario: la deducción como gasto de lo aportado a la cultura. El gobierno, sin duda, deberá ir complementando cualquier medida con políticas de largo plazo y con presupuestos mayores al INC y demás órganos públicos encargados de fomentar la cultura.
Se trata de un mecanismo ingenioso que ha dado resultados a muy corto plazo en otros países para lograr que el Estado y el sector privado confluyan en la promoción cultural. A través de los beneficios tributarios, el Estado renuncia a parte de sus ingresos por concepto de Impuesto a la Renta a cambio de que los particulares inviertan mayores recursos en proyectos culturales.
Gana el ciudadano de a pie (que se llenaría de euforia si tuviese la posibilidad de asistir a una exposición de Van Gogh, por citar un ejemplo), gana la empresa privada (que puede deducir el monto de su inversión como gasto) y gana también el Estado, que podrá recaudar vía impuestos indirectos, y por la mayor afluencia de turismo, incremento del comercio (transportes, infraestructura, seguros, etc.) y todas las demás externalidades positivas.
Entonces, ¿por qué ponerle zancadillas a este proyecto? Los parlamentarios deberían enriquecer esta iniciativa antes que bloquearla. Se trata de un enfoque novedoso y moderno de convertir al Estado y a las empresas en socios estratégicos.
No le pongamos más obstáculos a la aprobación de la norma. Y apostemos por la cultura. Que en buena cuenta es apostar por el alma de la gente. Nuevamente, felicitaciones, Luciana
Fuente: Diario Correo
Estimados amigos del blog:
ResponderEliminarHace una semana conformamos un grupo de jóvenes con la meta de organizar una ONG que se encargará de buscar financiamiento (nacional-internacional) a proyectos relacionados con "Cultura y Desarrollo". Tenemos experiencia con ONG's ya que parte de este grupo es fundador de "Aynikuy" (finalista del concurso Business in Development 2008). Sabemos que una descentralización cultural es uno de los factores primordiales en el desarrollo de una nación, sin embargo, no podemos estar ajenos a la poca importancia que se le presta a este tema dentro del Estado Peruano. Creemos que nuestra ONG llenará, o al menos ayudará a llenar, un vacío que hasta el día de hoy es foco infeccioso de basura proveniente principalmente de EEUU. Como ejemplo tenemos: El 95% de la programación cinematográfica nacional viene de Hollywood, haciendo un daño tremendo al espectador nacional que no solamente ya está acostumbrado a ver este tipo de cine, sino que perdió toda necesidad de ver películas que reflejen su propia realidad cultural. Este blog es un aliciente para ponerle ganas al proyecto. Muchas gracias y la mejor de las suertes.
Hola Manuel:
ResponderEliminarFelicitaciones por la iniciativa de crear una ONG para promover y descentralizar la cultura.
Nuestro país es muy rico en expresiones artísticas, y se requiere de todo el apoyo para llevar estas manifestaciones a toda la población, la cual no siempre tiene acceso a proyectos o programas culturales. De esta manera, y como bien lo señalas, estaremos contribuyendo al desarrollo de nuestro país.
Muchos éxitos en el proyecto.
Saludos,
Luciana