Aprobaciòn Proyecto Ley de Capital Humano
Ayer miércoles 25 de noviembre, se aprobó mi proyecto de ley de promoción a la capacitación laboral.
Este proyecto que en breves días será ley ya que a partir del 1 de enero del 2010 entra en vigencia, tiene por objetivo dar un beneficio económico a favor del empleador que invierte CAPACITANDO a su trabajador.
Se ha fijado que las empresas puedan deducir como gasto hasta el 5% del monto invertido en capacitación, y con ello se beneficiarán:
(i) Los trabajadores: que adquirirán formación y calificación laboral;
(ii) Las empresas: pues verán reflejada su inversión en la celeridad y mejora de la producción, así como mayor rentabilidad;
(iii) El país: porque no sólo podrá recaudar mayores impuestos debido a que las empresas serán más eficientes, sino porque el fortalecimiento del capital humano generará sinergias a favor del desarrollo de la persona y de la sociedad en su conjunto.
El Estado tiene dos grandes retos que enfrentar:
i. Generar empleo a favor de la población;
ii. Mejorar la competitividad del país.
En lo referente a la situación de empleo en el país se conoce, de acuerdo a los últimos datos proporcionados por el Ministerio de Trabajo y el INEI, que en el Perú existen más de 7 millones 400 mil personas en edad de trabajar.
De ese universo, la Población Económicamente Activa (PEA) llega a 5 millones de personas.
De dicho grupo, cerca de 3 millones de personas están en la condición de población subempleada, mientras que solo 2 millones de personas se considera que tienen empleo adecuado porque cuentan con algún tipo de seguro de salud (ESSALUD, EPS u otro).
En este escenario laboral, el grupo juvenil es el más vulnerable.
Solamente, y a manera de ilustración, puedo citar que la tasa de desempleo para el grupo de jóvenes entre 15 y 29 años es de 7.9%, mientras que la tasa de desempleo para la población de 30 a 65 años es de solo 2.3%.
¿Qué es lo que genera estos índices de desempleo y subempleo?.
Sin lugar a dudas, uno de los principales causantes tiene que ver con los niveles de educación y capacitación a los que tiene acceso la población.
Existe una relación estrecha entre educación/capacitación con
empleabilidad: mientras más educado o capacitado se encuentre la persona, ésta alcanzará mayor nivel de empleabilidad y, por consiguiente, mejores oportunidades de acceder a un trabajo digno.
La Política del Estado no sólo debe centrarse en generar empleo directo para los más necesitados (como bien lo viene haciendo programas como Construyendo Perú o los Núcleos Ejecutores), sino además, la Política del Estado debe orientarse a elevar el nivel de empleabilidad de los jóvenes y ciudadanos en general.
Alcanzar niveles óptimos de empleabilidad implica promover e incrementar el acceso a capacitación técnica de calidad para el empleo productivo.
Pero en el Perú, esto no viene ocurriendo porque la norma tributaria vigente del Impuesto a la Renta desincentiva y pone trabas al empleador para capacitar a su personal. Por ejemplo, la norma tributaria no contiene un beneficio económico a favor del empleador que invierte en su trabajador, así como tampoco no se permite que el empleador pueda capacitar a un grupo de trabajadores, sino que se exige que se capacite a la generalidad de trabajadores.
Y yo me pregunto, ¿y si la empresa tiene 200 o 500 trabajadores?
De acuerdo a la Encuesta Nacional de Hogares, en el año 2008 solo el 3.5% de los jóvenes obtuvieron capacitación para el trabajo, y esta cifra apenas alcanzó el 2% para el caso de los jóvenes rurales.
Con esas cifras y con la norma vigente no vamos a poder mejorar la empleabilidad de nuestros ciudadanos. Por ello, como una de las autoras de las iniciativas legales que hoy día estamos a punto de aprobar, he propuesto brindar incentivos a las empresas para que inviertan en la capacitación de sus jóvenes trabajadores a cambio de deducir dicha inversión como gasto del impuesto a la renta.
Con esta ley, invertir en el capital humano permitirá que la persona pueda desarrollarse y alcanzar mejores oportunidades de un trabajo digno, y esto a su vez contribuye a aumentar los niveles de competitividad de nuestro país.
Luciana.
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